viernes, 18 de mayo de 2007

UN CUENTO


Bueno, esto lo escribo por que me han evaluado mal, o me han evaluado bien. el caso e que para aquellos que se sientan ofendidos y que "están hartos de mi" LO SIENTO.

si me creen bien, sino, también bien. ya que ni los conozco. y como estoy en Paro me permito escribir un cuento. de esos realismo mágico que me gustan.
Este cuento pertenece a mi colección "Caminando a Casa" y quizás con un futuro "calabaza".



A LA VUELTA DE LA ESQUINA

Fango caminaba de noche de regreso a su casa, Fango apretaba sus brazos hacia su cuerpo, con las manos dentro de los bolsillos de su chaqueta. Fango tenia frío, Fango caminaba rápido, tenia piernas cortas, pero no le impedían caminar apresuradamente cuando sentía el deseo o el apuro. y todo esto tiene una razon de peso, y es que Fango siempre cuando sale a tomarse unas cervezas se queda donde un compañero: el Rumpen. Fango piensa mientras camina, Fango no desea otra cosa que recostarse en su cama y escuchar Moonlight Serenate fumando el ultimo cigarro que no le mostro a nadie. Fango piensa que la gente es ingenua.
Sigue caminando, de pronto un sobre salto, había pasado el almacén de la esquina opuesta, Don Lucho. Se sobre salto porque pensó que quizás la gente no sea ingenua, tan solo se hacían parecer como tales, simplemente para evitar disgustos. Y esto lo dejo turbado, porque comprendió que la gente miente toda la vida y a su alrededor pensando que siempre fueron reales y verdaderos cuando en realidad ellos solo mentían. Le embargo un pensamiento esperanzador Russoniano, pero era una vaga ilusión, porque había descubierto el secreto del inicio de la sociedad: la mentira.

Fango mi a la izquierda, una casa roja con mantas, le pareció ver un viejo que entre la oscuridad lo miraba. uno podría a ver visto un viejo durmiendo entre masas de sombras, puesto que no se veía su rostro, pero Fango sabia que lo estaba mirando y aun más, Fango sabia que ese vagabundo le leía la mente o simplemente sabia en que pensaba. Fango se estremeció, recordó su camino y apresuro el ritmo, debía llegar a casa y no pensar cosas estúpidas. Que de algún modo se olvidarían, pensó cuantas ideas geniales se pierden y nunca alcanzaron la pluma, la tinta ni saltaron de las leguas, ideas que se perdieron en la nada, para e nunca jamas.
Fango dio vuelta por fin la otra esquina, pero ante su estupor y asombro, había vuelto a la misma esquina anterior. sus pies parecían acalambrados, el aire frío lo invadió, un desanimo que lo obligo a voltearse y mirar con asombro que había vuelto a la misma partida desde que vio al vagabundo. miro hacia la puerta de la casa roja, no había nadie, solo las mantas. Fango decidió correr desesperado, solo para volver a a la misma esquina. Fango gritó, y gritaba mientras corría, pero nadie lo escuchaba, nadie lo veía, ninguna luz en las casas mas que la del alumbrado. Fango se desespera y grita, no puede parar de correr y no puede parar de respirar aire frío. regreso a la esquina veinte veces. finalmente el sudor comenzó a enfriarse, saco unos pañuelos para limpiarse, se arrodillo. no podía más. Fango sonríe, mira sus pies embarrados y los posones de agua junto a la vereda. Fango recuerda porque lo llamaban así. A su lado la casa roja, con su portón oscuro en sombras, ya no le pareció tan amedrentador, Fango entro en el se tapo con las frasadas, estaba en lo oscuro, donde nadie le mentiría para aparentar algo que no es. Fango miro la calle y se quedo allí. De pronto Fango miró la calle y escucho que venia alguien. Fango pensó que seria el vagabundo de las sombras y que lo echaría de su pocilga. en su lugar Fango vio a Fango, lo vio detenerse, lo vio pensar y supo que pensaba. Fango estaba quieto, de pronto Fango vio Fango entre las sombras, pero no supo que era el mismo y se fue. Fango tapado entre frasadas sonrió y dejo que el frío lo llevara donde no existieran mentiras.

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